Angustias...
Aunque no eras su Patrona, aunque en esa localidad se rinda culto en ese sentido a una imagen mucho más pequeña que señorea el quince agosteño, aunque los habitantes de la localidad donde está hecha esta foto no acudan a buscarte al final de cada Septiembre para verte perfumada de nardos, cuando tu ciudad se quita el salitre para inundar tu carrera; aunque, a veces, yo mismo me olvide de que estás ahí siempre, llamándome con la voz de mis abuelos, de mis padres y de todos los míos, muchos de los cuales ya ven tu manto de estrellas en lugar del de los alféreces provisionales, Tú siempre te haces notar, incluso desde los sitios más pequeños, para que yo me fije y te vea, aunque para hacerlo haya que mirar más de dos veces.
Así son tus cosas, así son las mías, y así también las de nuestra Granada, que siempre está presente incluso si no queremos, incluso si nos olvidamos, incluso si nos alejamos. Yo muchas veces no entro en tu Basílica, a pesar de que paso por la puerta y me santiguo, como siempre hace el granadino y, puede que por eso mismo, por saber que muchas veces no llego a entrar, que no llego a verte para contarte cómo van las cosas en mí, Tú haces porque te vea y me acuerde de que, aunque a veces no repare en Ti, Tú si lo haces en mí, y me alegro de que así sea, de que por donde quiera que yo pase, adonde quiera que yo vaya, siempre están cerca tus Angustias...
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