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Son diminutos armarios, y en sus dispuestos cajones, se van guardando año a año todo lo que el que las entrega, o las recibe, entrega y recibe con ellas. No es fácil descifrar su contenido, porque a veces nos quedamos en lo superficial que hace que todas resulten las mimas o. al menos, parecidas. No acertamos a desgranar todo su potencial oculto, porque nos quedamos en lo que se ve a primera vista, pero no avanzamos más, y ahí es donde está la clave, ahí es donde se encuentra su profundo significado.

Si no buscamos más allá de lo meramente estético, no sabremos nunca que en ellas se encuentran los mejores deseos de los que las entregan, ya sea para el niño que ha de venir, el que ya ha venido, o el que se espera con ansia pero nunca llega. En ellas, va impresa el alma del que la da, porque en ellas va siempre un profundo sentimiento de afecto, de que todo salga bien, de bendiciones, o se encuentra el abrazo sin estridencias y el apretón de manos mirándose a los ojos en el adiós definitivo. En ellas la nieve del dolor por la pérdida se funde con el calor de la amistad, al recibirlas.

En ellas van prendidos los besos de los hijos a sus madres, la protección, la seguridad, el amor, la felicidad, la emoción, pero también el apoyo, el “yo estoy contigo” o el “nunca te abandonaré”. Con ellas se busca que nunca le falte a las personas queridas lo que representan, y que se entregan en los momentos cruciales de la vida, porque en ellas está impreso un “no te rindas”, un “hay que seguir” o un ánimo sincero y que no desfallece. El padre que se queda en casa porque ya las fuerzas no le acompañan, las recibe con emoción al día siguiente, y sabe que todo fue bien por la sonrisa del que se la da, dándole un beso enorme al que descansa sus años en el sillón de toda la vida.

No fallan, no se rinden, no caducan, no mienten, pero sufren, y lloran y están, y duermen y viven, siempre viven, y no se marchitan, y, al recibirlas, con ellas va el alma de quien las entrega…por eso, cuando tengáis una en las manos, cuando penséis que otra vez es la misma, recordad que son armarios cuyos dispuestos cajones guardan año a año lo que el que las recibe y las entrega, recibe y entrega con ellas…las estampas

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