Semana Santa no vivida...

La Borriquilla, con su antiguo paso, revirando ante mi amigo Curro y yo antes de irnos a jugar un torneo de fútbol sala. La Sentencia y las Maravillas con mi madre en Plaza Nueva y, después, montando sus pasos en las cuaresmas de san Pedro. La Cena en el relevo de Jesús y María el primer año de mi amigo Javi. La Victoria subiendo Carnicería mientras hablaba con su derecha atrás, mi otro amigo Toni Pontes. La Encarnación y el Cautivo, algún traslado de Domingo de Pasión y Jesús Despojado, cualquier tarde de misa semanal con mi abuela y, bastante después, desde su balcón a los sones de su banda.

El Rescate en la Magdalena, mientras suena la marcha "Madre" antes de ir a mi igualá de Lunes Santo. El Huerto en Santiago, de ida, con la policía nacional interpretando marchas por el barrio del Realejo. Los Dolores, hace muchos años, de rodillas para salvar la puerta de las Bernardas. San Agustín, aquella tarde de Marzo, vestido de negro, en la Mariana. La Luz, por Carrera de la Virgen, cuando los lunes eran menos lunes.

La Lanzada por Pasiegas con el sol de la tarde sobre sus cuatro hachones huemantes. El Via-Crucis, con la Virgen de las Lágrimas, saliendo de catedral. La Esperanza en Plaza Nueva, de regreso, volviendo a casa, un Martes de castigo y mantecados. La Cañilla en Bib-rrambla, esperando un relevo con mi hermana mayor.

El Rosario meciéndose al compás de la Salve Marinera, antes de subirme a recoger los Gitanos con un costalero del "Chino". Estos, por el monte, con Padilla y "Pitango". El Nazareno de mis amigos los hermanos Molero Cifuentes, Ángel y Mariano, entrando desde la Plaza de Luis Rosales en un mar de saetas aflamencadas. La Universitaria, Cristo de la Sangre y María de Los Remedios, revirando a Navas "a ritmo de samba". Paciencia y Penas, en su encierro, para luego comerme un perrito en la Bodega Andaluza con algunos de sus costaleros en mi principio de todo.

La Aurora, saliendo, con el Moli, La Concha bajando Concepción de Zafra con mi hermana Cristi; los Salesianos estrenando paso de Cristo, siempre la Estrella, en el Salvador, con Candela en el carrito, y el Silencio con toda mi familia en Puente Cabrera.

Los Ferroviarios desde un balcón con café y torrijas; las Chías con mi amigo Fernando Jérez en san Jerónimo. El Entierro en Príncipe. Los Favores, encerrándose, aquella Semana Santa de la "nube por Loja" y mis escolapios, aulaga y hogueras, terminando el Viernes Santo.

La Alhambra en la Alhambra, con mi amigo Jorge de nazareno.

Regina Mundi encerrándose en Arabial saludando a Alberto L. Antelo, gracias por tanto. El Resucitado entrando en Catedral sentado en los palcos de Pasiegas. Los Facundillos, esa mañana con mi hermano Carlos llevando la bandera.

Esta ha sido la Semana Santa que he vivido, la de los recuerdos y la memoria, como dice Antonio Burgos, que se celebra todos los años, aunque una crisis sanitaria nos mantenga encerrados en nuestras casas, restándole una vida a la partida y acercándonos al "game over"...

Fuente fotografía: libro Semana Santa granadina de Marino Antequera. Año 1954

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