Davy Jones
He perdido la cuenta de las veces que nos hemos juntado, de las veces que nos hemos reído o de los momentos trascendentales que hemos compartido, siendo de los primeros en contarnos las cosas que nadie sabía y que eran importantes.
He perdido la cuenta de las anécdotas, de los lugares que ya siempre nos recordarán cosas, de las recomendaciones de ir a un sitio u otro, de sus nombres, de habernos encontrado por casualidad y siempre haber tenido algo que contarnos y por lo que reír, siempre reír, en el camino de nuestra vida...
He perdido la cuenta de los chascarrillos, las situaciones comprometidas que hemos salvado, y la lucha eterna que seguimos manteniendo, con ese "infarto diario" que mira como nosotros y lleva el mismo apellido, mientras nos despedimos con un abrazo dándonos mutuos recuerdos a nuestras mujeres.
Patricia y el mojito del Jabeque, noches de verano en la terraza de cualquiera de tus casas, hamburguesas en san Remo, cafés en Flanboyán, arroz en la Última Ola, el Hoces y sus almendras, el Gregorio, siempre el Gregorio.
Desayunos rápidos y cada uno a lo suyo, visitas a casi todas las ópticas en que he trabajado, las consultas sobre gafas o medicamentos, túnicas de nazareno, goles en los Cármenes, el pregón de la Coronación de la Esperanza, tardes de toros, noches de Granada, copas en pubs cerrados ya, cervezas de después de una igualá, de un culto, de un ensayo...porque además de ser granadinos de pura cepa, de acerola y torta, de cabezudos y vejigazos, con su punto de sal necesario, además de compartir equipo, ideas, coplas y coger el boli de vez en cuando para hilvanar versos, ya sea quintilla de Corpus o soneto a la Virgen, lo que más nos une es eso precisamente, Ella, que es la que dispuso todo para tenernos a su lado, cada uno en su momento, y a la que se lo agradecemos como mejor sabemos, esperándola en la revirá de Jaúdenes antes de vaciarnos bajo su palio.
Ahora, querido amigo, hay que añadir el mollete de Albolote a la lista de lugares que ya nos recuerdan al otro, como il Fratelini, la Tratoría, o el Rabo de toro del Chiquito o el Asador de Castilla, el barecillo de Haza Grande o cualquiera de "una rápida y a casa". Hay que añadir ese punto nuevo al magma de tapa en el Albaicín o las pizzas del kirilenko, para seguir sumando y que no importe el sitio si continuamos tomándole el pulso a la vida a base de risas y compadreo. Pero eso sí, que venga con nosotros Davy Jones...
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