Macarena...


Dicen que llevas impresa
la pena en una mejilla,
y en la otra va Sevilla
de tu belleza guardesa.
Vive contigo, inconfesa,
de ese dolor que te aflige
mientras la calle te elige
Emperatriz de Occidente
una noche incandescente
que te tiene por origen.

 La fanfarria y el boato
se dan, contigo, la mano
cuando llegas por Trajano
ejerciendo el patronato
del apresto y el ornato
que en tu palio se derrochan.
por Ti Sevilla trasnocha,
por Ti dejó aquel torero
completo el sueldo primero
en mariquillas que abrochan

el encaje de tu pecho.
Por Ti claudican Tenorios,
por Ti nacen repertorios,
por Ti tuerce lo derecho,
por Ti deshace lo hecho
el que quiere reinventarte,
por Ti tiene nombre el arte...
todo tu gracia lo llena,
acabando las condenas
del que consigue mirarte.

 Espera todo, y esperan
tus hermanos tras la puerta
por la que asoma la huerta
que a todo sentido diera.
Espera el mundo, y espera
ese entrecejo moreno
donde se engloba lo bueno
a donde alcanza la vista,
y que dista y equidista
de tu solar macareno.

Se agolpa la muchedumbre,
los ojos ya son deudores
de ese culmen de primores
que borra la incertidumbre.
Tenemos tanta costumbre,
tanto hemos visto la escena,
que damos por Nochebuena
no en la que Dios se hizo Hombre,
sino aquella de renombre,
tu Madrugá...¡¡Macarena!!.

Fuente fotografía: Galisteo 

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