Duro con Ella...¡valientes!
Siento que todo es huida
mientras trepida tu banda
y contigo se desanda
un camino o media vida.
Siempre las maneras cuidan
los que te jalean debajo.
Aunque griten desde abajo,
su alma templa y serena
al llegar esa hora buena
de entregarte su trabajo.
La nave, en el mar, sortea
olas de gente que asombras.
En las paredes, tu sombra,
hace que el que mira, vea,
en tu carita, a esa hebrea
que es la Madre del Señor.
El redoble de un tambor
convierte tu paso en sueño
y debajo…los empeños,
en costalero fragor.
Dicta órdenes precisas
el capitán de la nao.
“Que me quiten lo bailao",
piensa tu gente entre risas;
y abrazando las sonrisas
del que te anhela a diario,
dispones el escenario
a un amor que no prescribe,
y ellos, con amor, escriben
tu nombre en su calendario.
Cuentas miradas furtivas,
oraciones, entrevelos,
cambias infiernos por cielos
al recibir las misivas
que, en el alma, están cautivas
y Liberas con tu amor.
Siempre, Tú, Mayor Dolor,
mayor ejemplo y pureza,
mayor estirpe y nobleza,
y su consuelo mayor.
Das a su vida sentido,
Sintiéndose juez y parte.
Es inequívoco el arte
con que invierten lo sufrido.
Desgastan su cuello herido
como un humilde presente,
y tu mano, omnipotente,
lo torna multiplicado.
¡Bendito oficio heredado!
¡Duro con Ella, valientes!
Fuente fotografía: Alberto Ortega fotografía
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