39...
Un colegio que enseña religión y maneras,
compañeros que juegan, en dibujo, a los pasos.
Tertulias se improvisan en una clase que es rara,
laboratorio de química con azulejo y lavabos.
En el formato, intacto, se dibujan los trazos
con un punto de fuga al que acuden las líneas.
Van surgiendo, sin prisa, los faldones, los zancos,
y se mece la túnica al vaivén de las andas.
Un colegio que educa y amigos que crecen
estrenando costales, chicotás y dibujos
que hoy asoman, curiosos, al balcón de la mente
donde siguen estando los que fueron, y fuímos.
Comentarios
Publicar un comentario