El Pregón que no escribiera...38

 


S

uena la voz, distante, de antiguo adolescente
asomado a tus escenas, vestido de domingo,
imberbe y somnoliento, absorto ante tus noches,
en el Pie de la Torre de ese tiempo perdido.

La nitidez del momento se pierde en la memoria,
y el atardecer del tiempo me muestra un paso extinto,
con una Borriquilla con destellos de plata.
La música, es aquella que sonara en el coche,
en la cárcel de plástico, vintage magnetofón,
pero ahora, en la calle, me resulta más viva,
y recuerdo la risa que emanaban mis labios.

Después de que pasara, recuerdo la Virgen,
(que éste que suscribe siempre ha sido de palio)
y un amigo, de negro, me saluda en un guiño.
Va pendiente del paso, de que el zanco se llame,
y la Virgen se pierde con su manto azul mar,
entre olas de gente que se santiguan al verla.

Asomado al balcón de los años que pasan,
me despido del día en el Pie de la Torre.
Me aguarda un partido en un colegio de curas,
y me voy, con mi amigo, tarareando las marchas
y grabando en la mente, aunque no lo supiera,
el recuerdo entrañable de esos años…perdidos.

Fuente fotografía: Web Borriquilla

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