El Pregón que no escribiera...12
Cuán
necesario es tener al lado, siempre, a un padre
que te abrace en los momentos de desgana,
que te enseñe los entresijos de la vida,
que te cuente la suya en sus historias.
Qué preciso se hace siempre estar tranquilo,
a pesar de los sucesos que acaezcan,
a pesar de tempestades que sacudan
la cubierta de tu barco, y te proteja
cuando sientes ese miedo que te embarga
antes las incertidumbres que presenta
la existencia que llevamos, tan compleja.
Un padre que te ayude con la bici,
te prepare el desayuno antes de irte
al colegio al que, él mismo, te acompaña,
que se alegre al verte sonriendo,
y presuma ante su gente de tus cosas.
Ese padre que te espera a la salida
en todos los momentos que tú vivas,
que te lleve de la mano, de paseo,
por la que fuera su ciudad y hoy es la tuya.
Un padre reflejado en las paredes
de las casas del barrio donde vives,
que saluda desde las fotos sin color
a todo el que se asome al viejo álbum
donde viven tus abuelos para siempre.
Un padre que te guíe por los caminos
para evitar que tú cometas los errores
que no sean inevitables, por ser tuyos.
Un padre que te explique las lecciones
que el maestro no ha podido completar;
que siempre te comprenda, que te busque
incluso cuando no te quieras encontrar;
un padre al que siempre echar de menos
en los días en que, él, no puede estar,
y que vea, contigo, siempre, esas películas
que tú, luego, habrás de recordar.
Un padre al que ver en las canciones,
que en casa solíais escuchar,
que acuda siempre a verte a las actuaciones,
y que luego te lleve a merendar,
y se sienta orgulloso de tenerte
y te añore cuando, al fin, te vea marchar,
un padre que, al final de la jornada,
te arrope y te bese al despertar,
un padre, en fin, que por ser tuyo
no tenga parangón ni haya otro igual,
y que siempre, junto a ti, se ría siempre,
con las cosas que os hacen disfrutar.
Yo tengo a ese padre, aquí, en la tierra,
y, en el Cielo, al Gran Poder, ¿Qué
quiero más?.
Fuente Fotografía: Gran Poder
Comentarios
Publicar un comentario