19...Por las calles de Córdoba
Viene el viernes a cerrarse,
o quizás a reencontrarse
en hábitos franciscanos
reuniendo en un besamanos
a quien quisiera acercarse.
Su belleza es nuestro pago,
su rostro es como un amago
de consuelo hacia el que espera,
rompiendo la enredadera
de los momentos aciagos.
Deambulas por la sultana,
ciudad altiva y galana
de la vieja Andalucía
que frena su algarabía
mientras tu pena la sana.
Córdoba espera tu llanto
concediéndole a su encanto
una licencia a este día,
se rinde, por cortesía,
a tan hermoso quebranto.
En lo sobrio de tus andas
tu mirada nos demanda
profundo arrepentimiento
Córdoba estalla al momento
y el corazón ya nos manda
llamarte en la oscuridad,
vencer a la adversidad
que nos impide buscarte,
y agradecer a Duarte
dejarte en nuestra ciudad.
La tarde tiende su capa,
y la luna se destapa
reflejándose en la cruz
y, luego, dejar su luz
sobre esa cara tan guapa.
Andaluza realidad,
busca su fin, ya la noche
siendo tu mirada el broche
que cierra la eternidad.
Fuente fotografía: A. Camargo



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