22...De nombres desubicados
¡Ay!, los nombres…las personas
los reciben por muchos motivos, generalmente por tradición familiar, para poder
continuar con una saga que se remonta, como mínimo, a tatarabuelos,
aunque hay otras variantes, como pueden ser que a los padres les gustan
determinados grupos de música, actores o actrices de cine, jugadores de fútbol
e, incluso, trovadores de carnaval, que el libro de los gustos todavía no está
escrito.
Los nombres, a veces, condicionan
la actitud del niño que los recibe, siendo para ellos una carga en lugar de un
orgullo, tal es la envergadura de la persona por la que lo tienen, y a veces se
descubre que la personalidad del niño o niña, le va como anillo al dedo al
nombre, que fue puesto sólo porque gustaba la sonoridad, o resultaba bonito. Pero hay otros nombres que él llama desubicados, y son aquellos en los que una
persona tiene un uno que, o bien es raro, o bien pertenece a otros lugares,
distintos y distantes a la ciudad en que reside la persona.
Ella se llama Montaña. Desde
pequeña su nombre fue motivo de burla en el colegio, ya que los niños siempre
han sido crueles, siempre han ridiculizado al que está al lado, aunque la
mayoría de las veces el “ridiculizador” es el más merecedor de la burla, y
siempre la han tomado con alguien por su condición, o simplemente por el hecho
de ser distinto, aunque sea ahora cuando a esa forma de proceder se la ha
denominado “bullying”.
Siempre se le han preguntado el
motivo de su nombre, como si ella tuviera que justificar, en el instituto, la
facultad, ...el porqué de cómo se llama, y siempre ha notado que su nombre
despierta alguna que otra sonrisa, si bien ella no siempre lo llevó bien,
como lo lleva ahora, porque no entendía cómo, habiendo otros nombres
“normales”, a ella le tenía que haber tocado Montaña.
A veces, los nombres, no vienen porque sí, sino por motivos más trascendentales y, generalmente, son los que
tienen que ver con la religión, con las imágenes religiosas, y tienen un valor
añadido, un significado más profundo, relacionado con momentos difíciles en las
vidas de las familias. A veces, el día del nacimiento de una hija puede ser, al
mismo tiempo, o en un corto espacio de tiempo, el más feliz y el más triste, si
los médicos entran en la habitación con un complicado diagnóstico.
Es entonces cuando vienen las
decisiones. Cuando se toma un coche y se va a la ermita de un pueblo, sólo
porque la abuela le rezaba a la Virgen y siempre la ayudaba, o porque se le
tiene devoción a una imagen de fuera, porque tu esposa es oriunda de ese lugar,
o porque se ha ido a veranear allí y se le tiene cariño. Ahí empiezan los rezos,
la estampa en la cuna, las noches en vela llorando, las visitas al hospital, el
alta que no llega, los médicos, especialistas, las palabras de consuelo
infructuosas, las peleas en el joven matrimonio, las preguntas y las dudas,
…todo eso empieza, y felizmente, acaba cuando la Virgen escucha, actúa y cura,
cuando la mejor medicina es la oración, y cuando, años después, puedes contar
lo que pasó sin llorar, y sin prisa.
Detrás de cada nombre desubicado,
hay una historia brutal…ella, se llama Montaña.
Fuente Fotografía: Tu semana santa



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