33...Hijos de las Penas

 


Son diferentes, como difieren, también, las ciudades que los reciben en los días de Semana Santa, cada una con su impronta, su historia y sus excelencias.

Una de ellas, ciudad monumental, lleva en su esencia la sangre verde de la Oliva, que se derrama por los campos, verdes hasta donde alcanza la vista, de los olivares que son la idiosincrasia de la región, llegando hasta los ecos renacentistas de su centro histórico, como lo hace también, el Señor, en la Madrugá del Jueves al Viernes, desde su moderna iglesia casi en los extramuros de la ciudad.

En la otra, el día de la salida del Señor es el miércoles, y lo hace desde una iglesia fundada por un emperador, saliendo directamente a la carrera oficial, donde lo reciben multitud de ciudadanos agolpados en la escalinata de acceso al templo.

Difieren en el estilo del paso, un misterio imponente uno, discreto y reducido el otro. Difieren en el acompañamiento musical que marca los sones de sus costaleros (a costal unos, a hombros otros), siendo su propia banda de cornetas en uno, sones señeros de agrupación musical la otra, como difieren también en las advocaciones y en la solemnidad de sus figuras. Uno es Sentenciado a muerte, humildemente, sobre el dorado canasto de Guzmán Bejarano y, el Otro, lleva en su espalda la historia misma de la ciudad, el sello inconfundible del escultor que lo esculpió, aunque tienen en común la dulzura de sus rostros y la bonhomía que irradian sus miradas.

Aunque sean diferentes en casi todo, porque la Semana Santa es única del sitio en el que se celebra, aunque lo que cuentan sus nazarenos, el acento con el que rezan y las calles por las que discurren, tienen en común que evangelizan el pueblo andaluz enseñando al que los mira lo que no quieren, o no pueden, aprender en la iglesia, y también algo que se antoja hermoso, desde el punto de vista poético y sublime, desde el punto de vista del fervor y la destinataria de sus preces:

Sus nombres llevan la misma terminación, riman entre sí con la palabra penitencia y, los dos, son Hijos de las Penas.  

Fuente fotografía: colección particular del autor

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