ella siempre...

A donde voy, siempre la busco, siempre la sueño, y siempre la necesito. La verdad es que lo que siento por ella no sé exactamente cuándo surgió, si fue algo predestinado desde antes de nacer, o si por el contrario, el amor hacia ella fue naciendo poco a poco, hasta convertirse en lo que hoy me invade cuando me acuerdo de ella, cuando escucho cómo la nombran, y cuando mis ojos la miran. No me hace falta mucho, pero ella me da tanto, que hasta me hace dudar si algún día podré devolverle todo, incluso siendo en su justa medida. Ella es ella, mágica, soñadora, intimista, espectacular, graciosa, coqueta, enamorada, y terriblemente bella. No soy celoso, pero quizá debería serlo cuando de ella se trata, aunque presiento que nunca me dejará, a pesar de que verla sonreir con tanta gente, he de confesar que no me hace mucha gracia, pero ella nació así, y así la conocí, por lo que no soy nadie para cambiarla.

Me gusta cuando se arregla, cuando se pone bonita, y me siento el hombre más afortunado del mundo, porque entonces puedo presumir de tenerla a mi lado para todo lo que quiera. Es hermosa esta historia de amor que compartimos, y aunque algunos días discutamos, eso enseguida se olvida, porque no puedo permanecer mucho tiempo "enfadado" con ella.

Ella es única, y por eso, siempre que voy de viaje la echo de menos, ya que nunca viene conmigo, aunque yo sí la lleve siempre en mi corazón, y me alegra el hecho de saber que en cualquier parte en la que esté, siempre algo me recuerda a ella...