Música...

El otro día, en mi casa, mi cuñada se asomó a la estantería en donde descansan, esperando su uso, los variopintos cds que han sido, son y seguirán siendo la banda sonora de mi vida; en uno de los estantes, fueron a reparar su atención los que tengo de los Héroes del Silencio, grupo que sirvió para acompañar mis años de adolescencia cuando todo en la vida era música, deporte y amigos aunque no necesariamente por ese orden. De ese grupo, conservo recuerdos musicales que me llevan desde los primeros años de fútbol sala, en los que mi entrenador me los descubriera, hasta los cumpleaños en los que mis amigos me regalaron algún cd, en esos pubs de Granada que ya ni existen y en los que se escribieron páginas memorables de camaradería y amistad, pasando por los años de BUP y COU en los que compartía esa afición musical con mis compañeros de clase, algunos de los cuales siguen siendo grandes amigos aunque la vida se haya encargado de separarnos al menos en la distancia.






Las canciones de los Héroes, con las letras imposibles de Enrique Bunbury, acompañado al bajo por Joaquín Cardiel, a la guitarra por Juan Valdivia, y a la batería por Pedro Andreu, han sonado en todos los equipos de música que he ido teniendo, en el "walkman" de antaño, en el reprodutor de cds después, y ya últimamente, conectado al usb del ordernador, o en el MP4 cuando corro en cualquier sitio. Ellos causaron la locura de mi madre, harta de lavar camisetas negras, y frustrada cuando me veía salir a la calle con ellas, repitiéndome hasta la saciedad el consabido "no te pega, Luis, no te pega", cuando me veía marchar hacia el colegio "disfrazado" con el merchandising del grupo. "La Herida" "El cuadro 111", "virus", "avalancha", "maldito duende", "entre dos tierras", entre muchísmas otras...repetidas una y otra vez en mi mente, han sido fieles acompañantes de los años de adolescencia, en los que la bravuconería hace mella en los muchachos, convirtiéndolos en incoformistas ante todo y llevándolos incluso al enfrentamiento con la sociedad, los padres, lo profesores y cualquier norma establecida.


Todo esto, ordenado convenientemente en esa repisa del cerebro para salir cuando algo lo despierta, se me ha amontonado en este momento, guiado por la petición de mi cuñada de que le prestara algunos cds para ser depositado en esta ventana ahora que el tiempo ha pasado, tengo menos pelo, y las camisetas negras han sido cambiadas por la camisa y el jersey para cualquier ocasión. Pero esas letras, con las que jugábamos a escribir cartas mis compañeros de clase y yo, en las tediosas horas de filosofía de tercero de BUP, usando para componerlas las frases más célebres de sus canciones, me servirán siempre para recordar una parte importante de mi vida en la que la música, el deporte y los amigos, y no necesariamente por ese orden, ocupaban mi quehacer diario...

Fuente fotografía (por orden de aparición): www.dreamluxbunbury.web44.net y www.grupos.emagister.com.

Fuente vídeo: kmonistoska