Me pregunto...

Muchas veces me pregunto, sumido en el mar de dudas que siempre es mi existencia, dada su naturaleza humana, hacía dónde se encaminan mis pasos, si el rumbo que me dicté siendo un niño es diferente o se parece al que hoy rige mi vida, si las metas inalcanzabales se han alcanzado e incluso superado, o permanecen en su pedestal inaccesible acaso por dejadez del que suscribe; si todo lo que me pareció importante en un pasado no muy lejano sigue siéndolo para mí o, por el contrario, su "importancia" se ha ido desdibujando de la misma manera que las olas del mar se llevan los garabatos hechos en la arena, rápida y eficazmente, sin apenas darnos tiempo a resguardarlos.

Me pregunto, cada día que me levanto me pregunto, si las amistades se han ido mateniendo porque sí, haciendo crecer su valor igual que el tipo de interés rentabiliza una cuenta a plazo fijo, si continuan aunque transformadas por los diversos avatares que nos han ido marcando a lo largo de la vida, haciendo que ya nada sea lo mismo pero sin querer romper el hilo, aferrándonos a él como último vínculo con lo que fue, a pesar de haber dejado de ser. Me pregunto si habré estado a la altura de lo que esperan de mí, si todos los que me rodean no tienen alguna que otra sensación de fracaso para conmigo, si me he portado como debía y no he fallado a los que son importantes para mí, o sí lo he hecho sin darme cuenta y en la confianza que te da el no saber si estás actuando de la manera correcta, o simplemente actuas para salir del paso cuando algo te aprieta y desbarata la tranquilidad en la que te has acomodado.

Me pregunto cómo sería la vida de los míos si yo hubiera hecho tal o cual cosa, si no hubiera dicho tal o cual palabra, o si me hubiera callado las que nunca debí decir, y no acierto a imaginar si hubiesen sido más felices o más tristes, o les hubiera cambiado en algo su vida si yo hubiese variado algún que otro patrón de comportamiento. Del pasado me asaltan muchas dudas, acerca de las personas que me rodearon y dejaron de existir para mí, al mismo tiempo que yo dejé de existir para ellas, sin pena ni gloria, extinguiéndose para siempre la llama de la amistad por conveniencia, la de los abrazos exagerados, y las palmaditas en la espalda malintencionadas y a deshora, y me sorprendo reflexionando a cualquier hora que relajo el cuerpo en el sillón, si algún momento me aportaron algo, o yo les aporté algo a esa colección de rostros y nombres que decoran las estanterías de mi pasado.

Entre casi todas las situaciones que se me han ido presentando a lo largo de estos años, siempre he creído saber cómo actuar, cómo enfrentarme a ellas para salir bien parado, y nunca me he parado a meditar alguna de ellas ya que siempre fui un "fugillas" en todos los aspectos de mi vida. Me pregunto si lo que me queda por vivir será tan apasionante como lo vivido, quitando los momentos de sinsabores y sustituyéndolos por otros momentos más alegres, atisbo un ligero rayo de inquietud y cursiosidad en mi mente ante lo que me espera más allá de los treinta y cinco años que la semana que viene sumaré, y para los que tengo muchas ilusiones, muchos planes y muchas sonrisas. Me pregunto cómo avanzarán mis cosas, tan banales y superfluas, sin estorbar el buen discurrir de las cosas de mi mujer, la de mi familia, y la de mis amigos...me sigo preguntando muchas cosas, tantas que no sé si podré contar todas en estas verdes páginas que tres veces por semana, al menos, ocupan mi mente y la vuestra, pero espero irlas disipando, cambiándolas por otras o abandonarlas al olvido, afrontarlas y recolocarlas, para descansar un poco de este contínuo ajetreo...menos mal, que por muchas dudas que han ido apareciendo, al final he encontrado siempre alivio al saberme sujetado por su mano...  

Comentarios

  1. A veces, abuelo, viene muy bien pensar en éste tipo de cosas para "redecorar" la vida de uno de una forma diferente y "reinventarse" buscando ser mejor marido, mejor hijo, mejor hermano, mejor tito, mejor amigo... en definitiva mejor persona. Pero acéptame un consejo que no me has pedido y que te doy gratis: mira hacia atrás lo justo para ser feliz mirando hacia delante. Lo hecho, hecho está.

    Somos lo que somos con nuestros errores, con nuestros fracasos y también con nuestros aciertos y con nuestras superaciones personales. Es lo que hay. Si uno se enfrasca demasiado en imaginar lo que los demás piensan de él o qué hubiera pasado y se hubiera actuado con algo o con alguien de otra manera, se deja de avanzar. La opinión de los demás es muy valorable en determinados sentidos, pero no para alterar de alguna manera tu propia forma de ser.

    Yo al menos funciono así, y dentro de lo mucho que me he equivocado... haciendo comparativas creo que no me va mal del todo.

    Un abrazo.

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  2. Gracias por el consejo, la verdad es que de unos días a esta parte ando un tanto nervioso ante los acontecimientos, y hay veces que me sobrepasan.

    Un abrazo de vuelta

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  3. Querido amigo, no dejes que nada te pueda, deja reposar las cosas, intenta ser como tú eres e intenta relajarte. Me ha gustado mucho el consejo que te ha dado Monaguillo, así que ratifico sus palabras y, si en algo te puedo ayudar, aquí me tienes. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
    http://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/

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  4. Gracias Pepe, la vida te pone delante situaciones en las que es inevitable pensar un poco en las cosas que han pasado, pero de todo se sale, gracias a Dios..

    Un abrazo desde Granada

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  5. A veces necesitamos ese punto de inflexión,pero del pasado lo aprendido,si hay algo que admite capacidad de enmienda bienvenido,el presente nos puede desbordar incluso por aquello que escapa de nuestras manos pero seguro que tu eres de esos que siempre apoyan, y dan mas de lo que reciben.
    Un fuerte abrazo.

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  6. Querida América: me alegro de verte por aquí, gracias y me quedo con la frase que casi comienza tu comentario: "del paso, lo aprendido...", me parece definitiva.

    Un beso desde Granada

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